Casa Urbano y Emilia

El cuento de la lechera

FAMILIA GARCÍA GONZÁLEZ

La explotación ganadera estuvo en funcionamiento hasta 1985. Urbano se jubiló y sus tres hijos, por diferentes motivos personales y profesionales no continuaron con la empresa familiar.

Aquí vivieron Emilia González Cuenllas (Lago de Babia, 1918-1976) y Urbano García Suárez (Salce, 1920). 

Tuvieron 4 hijos: Alfredo (policía armado, asesinado por ETA el 4 de octubre de 1976 en un terrible atentado en el que fallecieron también 4 compañeros y el Presidente de la Diputación de Guipúzcoa), Florentina, María del Carmen y Olegario.

Urbano nació en Salce (Omaña). Tras combatir en la Guerra Civil (con 18 años recién cumplidos) y licenciarse en 1944, conoció a Emilia y se casaron en Lago en 1946.

Emilia perdió a su hermano Alfredo en la guerra. Ocurrió durante el hundimiento del “Castillo de Olite” (7 de marzo de 1939). Ha sido el mayor desastre naval de la historia de España y uno de los más trágicos del mundo.

Emilia y Urbano siempre se dedicaron a la ganadería y sector agrario. Puntualmente, Urbano, también trabajaba en obras de carreteras como cantero y picapedrero.

EL CÁNTARO A LA FUENTE

En la primavera se solía elaborar la mantequilla y siempre que se dispusiera de suficiente nata de la leche producida por las vacas. Para ello se iba guardando la nata de la leche varios días, hasta que se tenía bastante para hacer mantequilla.

La leche se solía echar en unas ollas especiales de barro que en un lateral casi en la base tenían un agujero con un tapón de madera llamado biliechu, por donde se sacaba la debura, quedando la nata en la olla. Para hacer esta operación no había que mover la olla y la leche se dejaba todo un día para que se criase la nata al reposar.

Con el paso del tiempo se compraban desnatadoras, que separaban la nata de la leche, quedando la debura que se les daba a los cerdos, lo que hoy es la leche desnatada.

Los quesos También cuando se disponía de leche de cabra se hacían quesos de cabra, en alguna ocasiones, se mezclaba la leche de cabra con la de vaca para hacer quesos, para ello, la leche del día, se cuajaba y una vez que estuviera cuajada se echaba en una bolsa de tela para que escurriera el suero, una vez que estuviese sin suero se metía en moldes redondos de metal, llamados queseras, éstos por los lados solían tener unos agujerillos pequeños para que escurriese el poco suero que le quedase, poniéndoles peso encima y así lograr una masa compacta. Cuando pasaba unos días se sacaba del molde y se ponían a secar en los pollos de las ventanas por la noche y guardándolos de el calor por el día, en un lugar fresco de la casa. Quesera Había la costumbre de los mozos de que los robaran por la noche y se los comiesen, este hecho habitual en todos los pueblos no constituía ningún delito, era una cosa normal que te robasen un queso, las personas no lo tomaban como delito, sino como una anécdota.

Investigación de: Ángel Manuel Gracía en Abril de 2016.

Para hacer la mantequilla, la nata se echaba en la mazadera, casi llena pero tenía que quedar un hueco para que al moverla se agrupara la grasa y reparándola el agua o debura. Era un trabajo lento y un poco pesado colocando la mazadera sobre las rodillas y se agitaba de un lado para otro, así muchas veces, hasta conseguir separar la mantequilla, luego se colaba, quitando la debura y la mantequilla se juntaba con una paleta.

Al ser de muy buena calidad, la mantequilla de Babia tenía fama en los lugares donde era conocida. Era muy consumida sobre todo untada en pan y azúcar o miel. Un avance importan en este trabajo fue la incorporación de una mazadera que llevaba unas aspas en el interior con lo que se conseguía una elaboración mas rápida y cómoda, porque solo había que darle a la manivela, y no era el traqueteo de la anterior sobre las rodillas.

Los quesos También cuando se disponía de leche de cabra se hacían quesos de cabra, en alguna ocasiones, se mezclaba la leche de cabra con la de vaca para hacer quesos, para ello, la leche del día, se cuajaba y una vez que estuviera cuajada se echaba en una bolsa de tela para que escurriera el suero, una vez que estuviese sin suero se metía en moldes redondos de metal, llamados queseras, éstos por los lados solían tener unos agujerillos pequeños para que escurriese el poco suero que le quedase, poniéndoles peso encima y así lograr una masa compacta. Cuando pasaba unos días se sacaba del molde y se ponían a secar en los pollos de las ventanas por la noche y guardándolos de el calor por el día, en un lugar fresco de la casa. Quesera Había la costumbre de los mozos de que los robaran por la noche y se los comiesen, este hecho habitual en todos los pueblos no constituía ningún delito, era una cosa normal que te robasen un queso, las personas no lo tomaban como delito, sino como una anécdota.

Investigación de: Ángel Manuel Gracía en Abril de 2016.

EN HONOR A ALFREDO

Alfredo García González, agente de Policía Nacional, fue asesinado por ETA con 29 años en San Sebastián.

El 3 de octubre de 1976 la banda terrorista cometió un atentado frente al número 7 de la Avenida de la Libertad de la capital guipuzcoana. En él acabaron con la vida del que fuera presidente de la Diputación de Guipúzcoa, Juan María Araluce, abatido a tiros junto a su chófer, José María Elícegui, el conductor del automóvil escolta, Alfredo García, y sus dos guardaspaldas, los policías Antonio Palomo Pérez y Luis Francisco Sanz Flores.

Ese día, a mediodía, Aralue se dirigía a comer a su domicilio acompañado de sus escoltas. Justo cuando éste abrió la puerta del coche empezó la masacre. Los terroristas, que estaban en las marquesinas del autobús, empezaron a disparar un centenar de balas. El presidente quedó herido mortalmente sobre la acera, con siete impactos de bala; Elícegui recibió dos tiros en la cabeza; Palomo y Sanz quedaron heridos de gravedad, falleciendo poco después; y el leonés García resultó muerto en el acto. Poco después ETA reivindicó el atentado.

En 2019 el consistorio le rindió homenaje en el lugar de su muerte, con la presencia de su hermano Olegarlo. No se hizo de manera conjunta el 23 de marzo por no ser posible contactar con sus familiares para la autorización. Pero una vez que los localizaron se colocó una quinta placa en el suelo de la Avenida de la Libertad con su nombre.

Contacto

Lago de Babia 24142, León

lagodebabia@hotmail.com

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